Desde mi primer viaje a HAWAII no ha pasado mucho tiempo,
pero mi vida sí ha cambiado mucho.
En el año 2000 estudiaba psicología, shiatsu y percusión
clásica en Madrid cuando me llegaron noticias de un curso de sanación a través del
sonido, vi entonces una buena ocasión
para hacer un ‘puente en el aire’ entre estas ocupaciones y unir la experiencia
sonora y la terapéutica. El puente me llevó a Hawaii y allí pude conocer de
cerca el sistema Huna de sanación a través del sonido y la luz. Cómo
explicarlo….
Los hawaianos cantan y cuentan historias, es el sonido de su medicina, en la que las mayores tecnologías son la conciencia humana, la empatía, la memoria
y la habilidad de comunicación. La
antigua Historia Sagrada de Hawaii, el Kumulipo es un canto de 2000 versos
conocido y cantado por los kahunas. No
fue escrito hasta 1897 cuando la reina Liliuokalanai
lo transcribió y tradujo del hawaiano al inglés. Hasta entonces la sabiduría del kumulipo fue
transmitida oralmente, es la historia de
la creación, desde la creación de la noche y el día en la tierra (pueden estar
relacionados con los periodos de 26000 años que los mayas denominan la noche y el día galácticos) que dan lugar a
la vida en el agua: bacterias, corales… la
evolución de la vida en el océano hasta la aparición de la vida terrestre se
narran de lo más simple a lo más complejo. La sabiduría en Hawaii, muy
conectada a la naturaleza ya comprende y relata esta evolución, mucho antes de que Charles Darwin escribiese
el origen de las especies. En los festivales
estacionales y en acontecimientos importantes el kumulipo era cantado por los Kahunas, los
guardianes de los secretos . También las madres y los padres les cantan a sus hijos: ‘éramos así pequeños:
una partícula y luego célula y después estrella de mar… y ahora somos la misma esencia de la vida
evolucionando en la forma cada vez más exquisita’.
Del kumulipo y la filosofía Huna vienen El Ho’oponopono y las leyes de los Deseos (
de ellas se conoce mucho la versión de ‘el secreto’). ‘Ho’o’ en hawaiano
significa acción y ‘pono’ significa equilibrio, bondad. Ho’opono es toda acción que restablece el
equilibrio y la bondad en la persona. El
ho’oponopono también se realiza cantando
canciones y relatando historias, que nos permiten acercarnos
a los orígenes biológicos y al
sentimiento maravilloso de pertenencia
a la familia, linaje, cultura,
historia, al ‘’Aloha ‘aina = amor a la
Tierra’’ … en cuyo seno se alimenta la
responsabilidad personal y crece el deseo de estar equilibrados, estar
presentes, ser pacíficos y amorosos pues es la mejor manera de existir, de actualizar el vehículo de la vida que somos y vivir con salud.
En la medicina Hawaiana la sanación sucede a la velocidad
del sonido y de la luz, no porque nosotros lo provoquemos, manipulemos o
hechicemos…, simplemente porque no lo negamos. Cada momento hay infinitas
dimensiones de la vida solapándose y si abandonamos todos los miedos el amor restante
construye los puentes oportunos para cuidar la integridad y la salud. Nuestro
pensamiento edifica todas las posibilidades de extremos placer –dolor e intenta reproducir sólo las más productivas
y menos costosas de las opciones vitales. Pero hay un lugar de claridad donde
todos estos edificios no significan nada…desde aquí la vida se construye en bases de (amor+perdón+respeto
= felicidad)x (tiempo+ calidad+ calidez= valor).
El Lomilomi, el
masaje Hawaiano, es una aplicación
práctica de los conceptos Huna, de las leyes del deseo, el ho’oponopono y la medicina vibracional. La primera que
estudié Lomilomi en Maui, el profesor Maka’ala
dedicó los primeros días del
curso a explicarnos la responsabilidad que implica vivir de acuerdo al ho’oponopono:
nos responsabilizamos por todas
la emociones y pensamientos que hemos
emitido en la vida y por los recibidos de las anteriores generaciones,
hasta reconocerlos y pulirlos . Hay
emociones potencialmente destructivas encerradas y/o escondidas en cada
contractura o lesión del cuerpo, cada vez que nos cerramos asustados y nos
quedamos duros repitiendo un buque
emocional, hay una memoria encerrada que necesita ser reconocida y liberada,
muchas veces es fácil encontrar estos bloqueos a través del mapa
que es el cuerpo, entendiendo el
lenguaje corporal y cuidando el momento en que liberamos el sufrimiento, cuando nos
permitimos mirar el dolor y ver también el bálsamo que llevamos, encontrar la perla que surge tras la mota de
polvo.
Sanar el cuerpo físico al encontrar un pensamiento erróneo y
contrastarlo con la posibilidad de un enfoque más bondadoso, justo o íntegro;
es la manera de la medicina antigua de Hawaii. Abrazar el cuerpo con masajes,
despertar los sentidos, es un entorno sublime y el más económico mirando por
el metabolismo del cuerpo que se ahorra mucho tiempo de medicación y gana mucho entendimiento.
Al sanar, cuándo más autobservación desarrollamos, más
bondad necesitamos para perdonarnos a nosotros mismos por nuestra ignorancia,
entonces comenzamos a saber quiénes no somos y también comenzamos a percibir quienes somos , vamos
desnudándonos de nuestras incoherencias, identificaciones… y vamos destilando
bondad en todo el proceso…es un proceso egocéntrico inicial que nos permite
generar la bondad necesaria para relacionarnos con los demás de manera armoniosa y gentil; es el proceso de
autoreconocimiento, bondad y salud..versus el de negación medicación miedo y
culpa.
Esta es una bonita plegaria de Ho’oponopono que aprendí de Nancy Kahaleway, trata del perdón, la manera más eficaz de sanar, debido a su sencillez:
E Hui Kala mai: estando juntos mi perdón florece.
E Hui Kala Eku : estando juntos tu perdón florece.
E hui Kala Kako: estando juntos nuestro perdón florece.
Kehahi I Kehahi: en
todos y cada uno.
Perdonar se parece a
observar minuciosamente y permitirnos cambiar el resentimiento por nuestra
percepción de justicia y bondad aplicables a la situación. Para perdonar hay
que reflexionar, abrir mucho las alas de nuestra mente para llegar al corazón.